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Nosotros vamos a todas partes con las niñas. Con una o con la otra, porque hay veces que les dedicamos una mañana, o un ratito, a una sola, para que tenga la atención de ambos papás. Y creo que les encanta.

En esas ocasiones aprovechamos para pasear por Santiago y descubrir lugares nuevos a los que ir a desayunar (que creemos que es la mejor hora para salir con las niñas sin que se cansen tanto) Hicimos hace poco un intento de conocer lugares nuevos en Barrio Italia pero el tráfico y el gusto por la siesta en el coche hicieron que lo dejáramos para otra ocasión.

Pero hace poco nos fuimos a caminar por Alónso de Córdova. Con aceras anchas donde dejar que la enana corra a sus anchas, fuimos a dar una vuelta en busca de un café de los muchos que hay ahí con terracita. Al final, terminamos entrando en la cafetería del Hotel Noi. Reconozco que me encanta descubrir los espacios que esconden los hoteles, porque muchas veces nos parecen reservados únicamente para viajeros pero esconden rincones muy agradables. Y se esmeran tanto con el diseño…siempre me pica la curiosidad.

Eso nos pasó con el Café Noi, del Hotel Noi en Vitacura. De fuera se veía bonito y bien vacío (que ya sabemos que a la enana le gusta correr y chillar a sus anchas) Lo que comimos estaba muy bueno, y tal y como pensábamos la enana pudo estar a sus anchas corriendo arriba y abajo, sin que nadie le dijera nada (había pocos comensales, esos sí)

Me encanto la vista desde fuera, que aquí os enseño desde dentro, dejando entrar mucha luz y con esa caída de agua tan relajante:

Me encantó la barra que tienen en la entrada, con esas luces colgantes y las diferentes galletas, etc.. expuestas. Le daba un aire cálido al lugar. Además separaba los ambientes, entre las mesas de dentro y las que se situaban junto al ventanal.

Tienen varios tipos de mesas. Para un café rápido:

o para un tranquilo café en familia:

A mi me encantó esa pared gigante con esas letras!

me daban ganas de venirme un día con el ordenador a escribir un post con un buen café con leche (claro que el concepto de cafe a solas, con el ordenador y escribiendo sin interrupciones…jaja, ya no sé lo que era)

Nosotros decidimos sentarnos en una mesa normal, porque no íbamos a estar mucho y disfrutar de un rico desayuno.

Como se puede ver, a la enana le quedaba un poco alto el vaso de su chocolate caliente, pero lo disfrutó y no dejó casi nada. Además de destrozar algún sobrecito de azúcar entre correteo y correteo (quien no ha comido azúcar del plato con el dedo de niño?).  Nosotros pudimos desayunar tranquilos y ella estaba encantada de tenerlos a los dos para ella sola. Es increíble como agradecen estos pequeños gestos que se salen de la rutina.

Me encanta descubrir rincones nuevos de la ciudad…seguiremos explorando