Sentirse cerca viviendo lejos

Vivir lejos tienen ventajas e inconvenientes, aunque reconozco que cuando formas familia los inconvenientes muchas veces aparecen en la mente primero que nada. Almenos en mi caso. Pero no entraremos en mi relación de amor/desamor por esta ciudad. Hoy quiero contaros algunas de las cosas que, después de casi 10 años viviendo aquí, me hacen sentir mi casa más cerca:

Las gastronomía, en la despensa

Cuando llegué a Chile, encontrar jamón en el súper era buscar un producto muy muy gourmet y muy muy pero MUY caro. ¿Queso manchego? ¿aceite de oliva? ¿aceituna arbequina? ¿galletas Maria? Nada de nada. Aquí la gastronomía es diferente, tiene otros sabores, y a mi se me hacía dificil no tener los productos de toda la vida en la nevera o la despensa. Si hasta el ColaCao tiene otro sabor!! (de verdad, no exagero…) Me gustan muchas cosas de la gastronomía chilena y he probado todos los platos típicos, pero las cosas de toda la vida…uno se acostumbra. ¿Cómo lo solucioné al principio? Cada vez que venía alguien a verme solo pedía una cosa: «traeme jamón y queso y fuet, mucho fuet!» El servicio Agrícola Ganadero del aeropuerto de Santiago no te deja pasar ni una manzana, pero si traías el jamón envasadito te lo dejaban pasar sin problemas (ahora ya no es tan así…)  Y si la que iba de visita era yo, me traía hasta el champú que había usado toda la vida! sisi, así de fifi, pero volvía con mi maleta llena de Timotei, ColaCao, galletas Maria o chiquilin, jamón, fuet, queso y lo que entrara…hasta compresas (si vierais el grosor de las de aquí me entenderíais) Pasan los años y ahora son muchos más los españoles que residen en Chile, y las empresas se dan buena cuenta. Ahora hay secciones de productos del mundo en los supermercados, y empresas como Trujillo, 1901, llenan las góndolas con jamón (nunca será como el de allí, sobretodo en el precio, pero se acerca en sabor en algunos casos) Además muchas empresas importan productos españoles, ahora puedo encontrar lactovit, conservas españolas, y durante un tiempo Trujillo trajo mis queridas galletas Chiquilin! Pequeña terremoto las adoraba…pero no son el sabor que busca el consumidor chileno, así que dejaron de traerlas. Pero ahora la verdad es que la lista de la compra cada vez se asemeja más a los sabores de allí. Solo me falta el Cacaolat.

manchego oveja

La Gastronomía, en los restaurantes

Irse de tapas! Cuando llegué todo lo que quería era irme de tapas!!! De la Ostia fue casi mi segunda casa los primeros años. Pero igual que con los productos, la llegada de españoles también trajo chefs y ahora hay montones de restaurantes de tapas, paella, cocina de la comunidad que tu quieras! Hasta puedo hacer ruta si quiero. Eso sí, los precios…siguen sin ser los mismos, y el bolsillo me duele. Pero de vez en cuando, para sentir que la distancia es más corta, me paso por De la Ostia, que hasta ponen el Barca siempre que juega, y me puedo tomar una clara con un pà amb tomaquet.

de la ostia

 

Los paquetes-regalo que cruzan el Atlántico

Recibir un paquete que viene del otro lado del mundo es, para mi, lo más. Y creo que mi alegría se transmite de forma transparente a las terremoto, que saltan de alegría cada vez que llega un caja. De hecho, hasta reconocen el verde de las cajas de correos. Da igual que venga lleno de ropa, comida, regalos, revistas, libros para pintar. Saber que viene desde allí, quien lo ha enviado y que recorre ese camino tan largo para llegar hasta nuestra casa, les encanta! Para mi, esto es genial. La pasada Navidad os enseñaba en Instagram parte de la caja que había llegado:

cajanavidadCon cajas como esta, aunque sea Navidad en verano tiene sabor a Navidad. También me encanta enviar regalos o detallitos para mis amigos, en un cumpleaños, o una boda, o en un nacimiento. Pero no es fácil, ¡desde aquí es carísimo! Recuerdo cuando le envié a una amiga la ropa de recién nacidas de las terremoto para su hija. El paquete declaraba que era ropa usada, y cuando llego allí querían cobrarle un montón de euros para entregarlo! Cómo si la ropa fuera nueva. Ahora mido mucho lo que envío y como lo envío. Suelo intentar que me lo lleve alguien. Pero de allí para aquí, muchas veces aprovechamos las rebajas para comprar ropa para las terremoto, que sale más barato, y nos envían las compras. El envío no es barato, pero como cuando uno entra en Atrapalo a buscar el viaje más barato, para los envíos está Packlink. Pones origen y destino y las dimensiones del paquete, y salen las mejores opciones de precios.

Skype, Whatsapp,…

Todos los nuevos sistemas de comunicación a distancia te cambian la vida si vives lejos. Recuerdo en mi Erasmus llamar a mi mamá a cobro revertido! O estando en Boston cuando sobrepasábamos el limite de llamadas a cobro revertido y teníamos que enviar un mail para que a una hora nos llamaran a un número en concreto. Ojalá hubiera existido Whatsapp!! Y cuando llegué a Chile, mi madre me llamaba con tarjetas de las que se compran en los… y yo mandaba mails a mis amigos, o con suerte, un sms. Ahora hablo cada día con amigos de Barcelona a los que con suerte veo una vez al año. Me puedo poner al día en segundos, compartí unos momentos por Skype en la última de las bodas que me he perdido de mis amigas, y la videollamada es algo habitual en mi casa para hablar con familiares, felicitar el año nuevo, para los cumpleaños. Es un mundo nuevo.

Castellers

Seguir las tradiciones de tu tierra a 13.000km de distancia te ayuda a que los km no parezcan tantos. Varios años después de llegar aquí descubrí que había una colla de Castellers, los Castellers de lo Prado. Y cada vez que hacen demostraciones intento ir. Incluso hemos ido a un taller que hicieron para participar de un castell. A las niñas les encanta, y lo encuentro una buena forma de transmitir tradiciones. Además, los castellers son patrimonio de la humanidad, y las colles son un gran ejemplo de esfuerzo y trabajo en equipo. A mi me encantan:

castellersdeloprado

Éstas son algunas de las cosas que me hacen sentir más cerca de casa viviendo tan lejos.

¿Algún/a expatriada por ahí que me cuente las suyas?

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23 comentarios en “Sentirse cerca viviendo lejos

  1. Pingback: Limits, somnis, aniversaris, dubtes i algunes coses més | Aixi pensa una mare vivint lluny de casa

  2. Yo he encontrado una tienda online maravillosa que me manda lo que yo quiera desde España, cada vez que les pregunto «¿teneis….?» me contestan: «a partir de mañana ya lo tendrás disponible en la tienda»; así que les compro el aceite que más me gusta, las galletas maria y chiquilin, las campurrianas, los pimientos morrones, las hojas de laurel, el azafran, cerveza mahou, mi mermelada favorita, queso manchego, ñoras, colacao, pimientos asados… les adoro 😀

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  3. Uf, no podría vivir sin mi jamón ibérico. De siempre ha sido costumbre en mi casa tener una pata de jamón y yo sigo esa costumbre y vamos cortando y cortando. ¿Qué haría yo sin jamón? Yo pienso en eso, pero imagino que como tú, vivir sin tener cerca todas las cosas de siempre, me haría echar de menos muchísimas cosas.
    Suerte que aunque sea mucho más caro, por lo menos de vez en cuando puedes darte el lujo de salir de tapas. Y suerte que existe la mensajería!!! Óle por ese surtido navideño.

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  4. Jajaj he flipado con la imagen del post que era la del turrón y ya me reía que ha llegado la navidad ahí ajajja. Yo creo que eso lo llevaría fatal viviendo fuera, lo de no tener productos a los que estoy acostumbrada. Pero bueno tu pide, que te mandamos lo que sea eh.

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  5. Como te entiendo!!! Nosotros elegimos las aerolíneas que nos dejan viajar con más kilos,para venir cargaditos.A todo lo que te llevas tú, yo añado picadillo de variantes.Es totalmente distinta la ensaladilla con eso! Todos los fines de semana hacemos un aperitivo en casa y los niños reniegan si no hay berberechos 😂😂😂 Y turrón, me han llegado a traer hasta en julio! Y es que estando fuera,todo sabe aun más rico

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  6. A mi me pasa dependiendo de cada país al que vamos. En Hungría, ay, hasta que me acostumbré a su comida picante estuve seis meses con gastritis. En Croacia la primera vez fué poco después de la guerra. las bananas eran artículo de lujo. Y entonces nos tocó Argentina. Con su jamón curado, sus mediaslunas, sus sonrisas y toda una gastronomía espectacular y no me quejé de nada. De hecho, me molestaba que me trajeran cosas de Madrid. El turrón en Navidad se derrite y oye, aquí hay de todo y variado, me pareció incluso mejor y más fresco que en Europa.
    Ahora de vuelta, me pasa lo contrario. Me acostumbré y echo de menos la carne argentina, la fruta, el dulce de membrillo, el mate y los pastelillos a media tarde con los amigos. Y esa es otra. Los amigos.

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  7. Os entiendo mucho a los españoles con anhelar la comida. Es realmente buena y variada. Soy rumana y con muy pocas excepciones no echo de menos la comida rumana, qué aún siendo muy rica, es muy pesada y elaboriosa. Lo que si echo de menos es la comida hecha por mi mami!
    Disfruta mucho de tus dulces españoles!

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  8. Qué divertido leer tu post pues yo me sentí exactamente igual, pero a la inversa, siendo chilena viviendo en Madrid!
    Cada vez que alguien nos visitaba, venía con un cargamento de cosas del súpermercado, Sanenuss, pisco chileno, galletas de agua, súper ocho…
    El restaurante más concurrido era el «Sandwich» en malasaña donde vendían pisco sour y churrascos….
    Pero bueno, tb disfrutamos del jamón, al principio comíamos el de un euro y lo encontrábamos delicioso! Imagínate! Y ahora viviendo en China es más o menos parecida la cosa …

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