He descubierto que tengo debilidad por los pies de los bebés.
Los encuentro tiernos, me encantan su millón de lineas y arrugas cuando recién ha nacido el bebé, y la suavidad que mantienen durante meses, aunque vayan descalzos todo el día. Me encanta como se los miran, como los usan para descubrir el mundo. Y además, van marcando el paso del bebé a la mini personita:
Los pies tienen mucho trabajo!
Dentro del útero el bebe los usa para moverse, hacerse notar, descubrir lo limites de esa casa que lo mantiene calentito pero apretadito. Los usa para comunicarse con su madre, porque no hay cosa que más nos guste que sentir esas pataditas (incluso cuando ya no tienen espacio y nos dejan sin respiración) Además, los pies son de las primeras cosas que prueba un bebe, que los explora y chupa ya desde el útero.
El bebé nace, y para cuando va desarrollando la vista, después de descubrirse las manos…se descubre los pies! Esa parte de su cuerpo a la que no llega, pero que puede mover y con la que puede tocar quizás ese juguete que cuelga cerca de donde está, o con la que puede mover la manta que le han puesto encima.
Después, descubre que esos pies también salpican, y descubre la sensación de ponerlos en el suelo, o de usarlos para gatear, hasta que se incorpora…¿has visto a un bebé mirarse los pies las primeras veces que se pone en pie? es como que alucina…o cuando pisa agua…o cuando quiere aprender a saltar (la mía se mira los pies frunciendo el ceño porque los suyos no saltan como los de su hermana)
Y esos pies, que muestran tanta ternura cuando son pequeños, van endureciendo sus plantas, van estirándose y haciendo desaparecer las lineas, las arrugas, hasta que te das cuenta que ya no son pies de bebé, que ya van dejando huella de mini personita, esa mini personita que ya domina sus pasos y ya ha perdido el interés por esa parte de cuerpo que le llegó a fascinar, pero ahora la entrena para que la ayude a escalar, a saltar, a correr más rápido, a pegarle a la pelota.
Me encantan los pies del bebé, y las huellas que con ellos dejan esas mini personitas.
Para mi hija pequeña, los pies son una extensión de sus manos, más de lo que he visto con otros bebés. Ella que ama el contacto piel con piel, se siente tan a gusto con el contacto a través de sus manos que de sus pies. Pegaba patadas, o más bien mantenía auténticos combates con mi barriga cuando aun no nacía. Después, siguió repitiendo esos patadones en el exterior, yo decía que parecía una mariquita boca arriba peleando por darse la vuelta. Siempre ha sentido mucho con los pies, le molesta mucho que se le manchen, los usa continuamente para intentar mover cosas o desplazarse estirada, mucho más que las manos. Le molesta si no le queda bien puesto el calcetín, no se deja poner cualquier zapato…sus pies son sus pies y ella los cuida!
Hace días que la miro y pienso que está dejando de ser un bebe, que ya es casi una minipersonita. Pero anoche, cuando ella acurruco sus pies contra mi, los miraba…y me alegré que aun sean pies de bebé! Aun nos quedan pasos para ser mini personitas…a disfrutarlos!
¡Me encantan los post como este! Son 100 % sentimiento (…y amor, claro). Aquí es donde verdaderamente podemos reflejar nuestras pequeñas filias y nuestras pequeñas fobias… Son (otro más) un nexo de unión con nuestro bebé… Con nuestra nueva “realidad” de ser “padre” o “madre”, nos conocemos a nosotros mismos, a través de conocerlos y observarlos a ellos… ¡Es emocionante!
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Gracias! Si…este es de los que se escriben con tinta de sentimiento puro jeje. Me alegro que te haya gustado! Gracias por pasarte!
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