¿Quien enseña a quien?

Nos pasamos el día enseñando a nuestros hijos. Somos su ejemplo y modelo, pero además les enseñamos a caminar, a comer solos, a pintar, a vestirse, a nadar, a tomar decisiones, a tantas otras cosas. Pero ¿qué nos enseñan ellos a nosotros? Siento que muchas veces (muchas muchas), además de enseñar a nuestros hijos, ellos nos enseñan a nosotros. Aunque no queramos darnos cuenta.

8 años llevo de maternidad. 8 años en los que han pasado muchas cosas. Ha habido muchos pañales, muchas risas, bastantes visitas a urgencias, bastantes lágrimas, muchas horas de juego, menos de sueño,…y todos esos aspectos de la maternidad que seguramente no necesito recordarte.

Pero como siempre digo, el tiempo vuela. Hoy, si miro a la mayor de las terremoto, me doy cuenta de lo mayor que está, de la pequeña mujercita en la que se está convirtiendo, y de lo mucho que nos enseña cada día. Con su forma de ser, con sus acciones, con esa personalidad que ha ido desarrollando año tras año. Ese pequeño yo que se va desarrollando en ella, que es fruto de todas las enseñanzas que recibe, y de sus propios aprendizajes. Ese pequeño yo que nos ha enseñado que ella también tiene voz, que tiene criterio y opinión propia, y quiere hacerla valer.

Y cuando la miras, cuando la observas, cuando la escuchas, te das cuenta de lo que te enseña cada día. Con sus rasgos podemos aprender, porque quizá son cosas que con la edad se nos olvidan sin querer. Así que somos ejemplo nosotros, pero ella también lo es. 

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Empatía

Ella es la primera en dejar lo que esta haciendo para ir a ver qué le pasa a un compañero que está llorando. Vas con ella caminando por la calle, y si escucha un llanto se gira para saber de donde viene, para saber que le pasa al bebé o al niño que llora. Queda impactada con las las muestras de dolor o tristeza que pueda ver. O más que impactada, preocupada. Se preocupa por el que tiene menos, el que no puede hacer lo mismo que ella, el que se ha caído y se ha hecho daño, aquel que faltó a la excursión, aquella a la que castigaron sin tele, por todos. Se preocupa por todos. Y no solo se preocupa, intenta reflexionar como puede ayudar, o como se podrían cambiar las cosas para que esas cosas no pasaran.

Con su empatía ella me enseña a no pasar corriendo de largo de las cosas, de las personas que a nuestro alrededor pueden no estar bien y necesitar nuestra atención. Me ayuda a no olvidarlo, a pensar en los demás.

También, aunque se peleen y a cada día se chinchen, al final es ella la que cede siempre para que su hermana sea feliz. Le cede la tele, la deja elegir la serie que van a ver, siempre termina cediendo en todo. Y el argumento de «es más pequeña» ya hace tiempo que no sirve en esta casa, que con la edad que tienen no hay mucha diferencia. Pero, ella ve la ansiedad y sufrimiento y como se va poniendo nerviosa y de mal humor su hermana, y cede. Y reconoce que le da igual. Porque en el fondo, le da igual. Quiere compartir el tiempo, así, simplemente.

Con su capacidad de ceder, me ayuda a reflexionar que a veces queremos salirnos con la nuestra cuando, en realidad, lo que de verdad vale la pena es que estemos juntos y disfrutando de esos momentos, no peleando para ver quien se lleva el «premio» de decidir qué hacer.

Entretención

Quizás por la misma razón del punto anterior, es tan buena con los niños de todas las edades. Quizás no es la niña más sociable a primera vista, aquella que entra en una clase y en pocos minutos ya es amiga de todos. Ella observa, es tímida de inicio, pero al final del curso, es amiga de todos, y lo más sorprendente es que cuando te habla de sus amigos, generalmente te habla de experiencias que han vivido. Y de la misma forma, seduce a las amigas de su hermana, organizando juegos a los que nadie puede resistirse. No dejas que nadie a tu alrededor se aburra.

Y si le dejas a un bebé cerca, absorberá su tiempo al completo. Le hará carantoñas, jugará con el, lo abrazará, se desvivirá por hacerle reír. Si el bebé ya gatea o camina, va a estar pendiente que no se caiga, que no se haga daño. Si empieza a hacer pucheros, correrá a buscar a sus papás.

Me gusta que me recuerde que no es solo poner juguetes a disposición y desentenderse, que es bueno sentarse, jugar, ayudar a las niñas a inventar nuevos juegos, cambiar algunos, quizá con un juego destensar un momento de pelea. Y bueno, con los bebés yo he sido desde pequeña como ella, sencillamente tengo debilidad.

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Creatividad

A todos aquellos que la conocen, esto no les sorprende. Es capaz de inventar lo que se le ocurra. Algo que no le gusta nada, el aburrimiento, le ha enseñado a desarrollar una habilidad por inventar.

Un día nos sorprendes con un circuito casero para recorrer, con un castillo donde esconderte con tu hermana, o nos montas una sala de clases en el salón. Pero eso es lo sencillo, porque cuando estás jugando sola, nos vas a inventar un perfume, con colonia, jabón y lo que te encuentres. O quizá te encontremos concentrada viendo qué pasa cuando descongelas pegamento con purpurina (que previamente lleva unas 6 horas en el congelador sin que sepamos) O quizá sea el día de mezclar alimentos para ver la consistencia.

O quizás solamente te dediques a tatuarte o automaquillarte con pintacaritas para convertirte en algún personaje. Suerte que aprendiste a «aburrirte», porque cada día imaginas más y más grande, y nos encanta tu capacidad de confiar en poder inventarlo todo.

Yo, que siempre digo que soy cero creativa, veo como ha pasado de decir mil veces «me aburro» a inventar montones de cosas, y me motiva. Gracias a ella empecé a hacer manualidades para que inventáramos juntas, para hacer decoraciones de cumpleaños que quizá no encontrábamos en las tiendas, a imaginar cómo podríamos hacer cosas o juegos que no tenemos, e intentar hacerlas realidad, para jugar un rato.

Tenacidad

Si hay algo que no puedas hacer, pero quieras, nos vas a desistir hasta que logres una manera de hacerlo. Querías jugar a futbol, pero no había fútbol para niñas en el colegio. ¿qué hiciste? Apuntarte a clase con los niños, qué más da!

Que no te gustan los pendientes, ni el pelo largo, pues fuera pendientes y a cortarse el pelo. Que si intentas montar una torre y se cae, la montarás montones de veces. Si un dibujo no te ha salido bien, lo intentarás otra vez.

Que si quieres convencernos de algo, darás las vueltas necesarias, encontraras los motivos adecuados, hasta que entendamos tu punto de vista y hagas valer tus ganas y tu intención de lograr lo que quieres.

Me gusta que me recuerdes que hay que luchar por lo que quieres, sin rendirse. 

Capacidad de análisis. Poder para argumentar. 

Lo que más me gusta, es que eres capaz de argumentarnos el porqué de las cosas. Todavía no sabes lo que es un castigo, por lo que en estos 8 años has escuchado muchos argumentos del por qué no se puede hacer esto o aquello. Bien, ahora eres tú la que nos enseña que no se puede decir que no, porque no. Necesitas una explicación válida, que te haga sentido, que puedas comprender y entender. Porque sino, parecerá que te hemos convencido, pero volverás un rato después a explicarnos por qué deberías poder hacerlo.

Por ejemplo. Quieres bañarte en una piscina un día que ya es tarde, que a lo mejor la temperatura ya no es la de las 4 de la tarde, que hace viento, que son por poner…las 7 o las 8 y hace fresco y el agua está fría. De nosotros recibes la respuesta que no, que hace frío y ya no es hora de bañarse, que ya te has bañado mucho y otro día vamos a bañarnos más temprano. Pero….¿cómo te vas a conformar con eso? En unos minutos vendrás a contarnos que lo que podemos hacer es tener ropa de abrigo y dos toallas; así una vez sales te secas con una y te envuelves con la otra, y en seguida te vistes y te pones si hace falta manga larga, así no pasas frío. Y si aun no me ves cara de convencida, me dirás «cómo aquel día en la playa en Barcelona que hicimos esto mismo para poder bañarnos sin pasar frío» Touché!

No nos quedemos con un «no» o con un «si», argumentemos nuestros puntos de vista, hagamos válidas nuestras razones para hacer lo que queremos. No nos conformemos.

Observación

Para contar lo observadora que eres podría contar mil anécdotas. Cómo observas lo que hacemos para demostrarnos que el ejemplo, es una herramienta de educación, sigilosa y que quizá no tomamos en cuenta, pero que es muy importante, porque somos nosotros, en el día a día.

Y por eso voy a elegir un mal ejemplo, de mi persona, para ilustrar está característica de tu personalidad.

Yo tomo un medicamento todas las mañanas. Debería tomarlo con un vaso de agua. Y ya sé que es muy bueno tomar un vaso de agua en ayunas, pero no me gusta nada el agua por la mañana. No me ha gustado nunca. Y me pasaba que me ponía un vaso, dejaba la mitad porque tomaba a penas un sorbo. Y para un sorbo, y cuando vas con prisas por la mañana…empecé a tomar otra costumbre…Lo que hago, pues generalmente estoy sola a esa hora en la cocina, es tomar la jarrita de agua que tenemos sobre la mesa y beber un sorbo (como si estuviera bebiendo de un porrón eh, que tampoco bebo como si fuera un vaso)

Lo que pasa con esas malas costumbres, es que empiezas a hacerlo los días que vas con prisa, después entre semana que es cuando nadie me ve, después no te das cuenta y estás haciendo lo mismo el finde, y un día quieres beber un poco de agua antes de salir y te ves haciendo lo mismo. ¿y que pasa entonces? que te ven. Que tu hija mayor, a la que lo que más le gusta es beber de la botella (menos mal que existen las botellas de plástico reutilizables…que sino…) Pues ella te ve, y te ve, y te envidia secretamente. Y un día te la encuentras haciendo lo mismo!

Y ahí, muy noble yo, le explico que sé que me ha visto hacerlo, pero no es una buena costumbre. Así que vamos a dejar de hacerlo las dos. ¿sabes lo difícil que es quitarse una mala costumbre? Pues hice el esfuerzo pero, cuando creía que nadie me veía, un par de veces más he repetido lo mismo. Y el padre de las criaturas va y me dice una mañana, que nuestra querida terremoto mayor ha sido pillada infraganti bebiendo de la jarra. a lo que ella ha respondido:

«tengo permiso para hacerlo. la mamá dijo que lo íbamos a dejar de hacer las dos, pero la he visto un dia, así que yo también puedo» Y no se quedó contenta con eso, ella misma me reconoció un rato más tarde que lo había hecho porque si lo hago yo, ¿porqué ella no?

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Y me gusta que observes, porque uno corre tanto, que pasa por alto pequeños detalles. tu observas, nos discutes, y nos recuerdas que hay que ser congruentes con nuestros actos. No vale que vosotras tengáis que hacer algo, si ni siquiera nosotros lo cumplimos.

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Ganas de aprender

La curiosidad creo que es lo que te lleva precisamente a la creatividad. Eres curiosa por naturaleza. Quieres saber, de todo. Descubres algo nuevo, y quieres saber más sobre ello. El día que tuviste en tus manos un ukelele de madera, querías aprender guitarra. Un día te subiste a un caballo, y querías hacer hípica. Cuando en un taller te enseñaron a coser, querías una maquina de coser en casa para mejorar tus técnicas de costura. Hiciste un taller de circo, y querías formar parte del Cirq du soleil.

Si te preguntan qué quieres ser de mayor, respondes que quieres serlo todo. De momento, tienes claro que quieres ser entrenadora de futbol, profesora de circo, científica, educadora de párvulos, y matemática. Profesiones todas ellas en las que quieres ser buena, pero que no las vas a hacer a la vez, pero aun no decides el orden. Me encanta, sencillamente me encanta esa curiosidad y ganas de aprender que tienes que y nosotros los adultos no deberíamos perder.

¿cuántas cosas nuevas aprendemos cuando tenemos curiosidad por las cosas nuevas, ganas de aprender cosas de las que no sabemos, no quedarnos con el «yo de esto no se» sino, aprender, investigar, saber. El saber no ocupa lugar ¿no era eso?

Espero que esa personalidad an especial, tan inquieta, tan tú, que has construido estos 8 años no deje de crecer, pero sobretodo que nunca dejes de ser tu.

Feliz cumpleaños pequeña, te quiero hasta la luna!

 

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21 comentarios en “¿Quien enseña a quien?

  1. Pingback: Me llamo Pecas – Libros con mensaje | Asi piensa una mamá

  2. Qué post tan bonito. Tienes toda la razón. Tenemos tanto que aprender de ellos…. a valorar el momentos, fijarnos en los detalles, sonreir por cualquier cosa a pesar de las circunstancias…
    Muy buen post!

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  3. Comparto totalmente nos enseñan cada dia, cuando van creciendo también vemos que lo que hemos dejado ahí va generando sus frutos en esas pequeñas personitas que día a día van forjando su personalidad. Y también nos enseñan a ser mejores cada día porque siempre somos el espejo en el que se miran.

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  4. Qué bonita entrada. ¿Sabes lo que más me gusta de todo lo que pueden enseñarnos? La capacidad que tienen de disfrutar de cada momento, de cada pequeña cosa, aunque nosotros la veamos como algo negativo para ellos es un mundo de diversión, como la lluvia, el barro, que se caiga algo al suelo y estalle en mil pedazos… Bendita inocencia ❤️

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  5. Sin duda alguna nos enseñan cada día, además de que nos hacen valorar las pequeñas cosas buenas que tenemos y a las que nosotros ya no le dábamos importancia. Mi hijo también se preocupa si escucha un niño llorar, se gira y me dice que el nene llora. O si me ve apagada me pregunta si estoy cansada. Tu hija con su edad ya quiere más explicaciones, claro que no le sirve el no porque no. Me ha recordado a mí hijo cuando comentas que de primeras enes tímida y observa, el también lo hace. Nos enseñan muchísimo, más de lo que creemos. Bonito post, un abrazo!

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