Este post es de esos que salen del baul de los recuerdos. Entre Noviembre y Diciembre, las niñas han tenido montones de eventos infantiles, en fin de semana o entre semana. No he parado de ir con las dos de un lado para otro, y me acordé de este post que quedó en borradores hace mucho.
Recién iniciada la maternidad, a mi se me hacía un mundo salir con las dos niñas. Pañales, mudas, juguetes, toallitas, cochecito, comida, chupetes y un largo etc…Salir parecía un drama. Casi prefería no salir, me daba la sensación que no podía, que mejor si alguien quería verme viniera a visitarme a casa.
Hasta que me fui de vacaciones con ellas, y el padre de las criaturas se quedó trabajando. Me fui a Barcelona con la mayor de 2 años y poco, y la peque de apenas 3 meses. Y estuve un mes entero! Por suerte en el viaje de avión iba la iaia también, y durante las vacaciones la madrina de la pequeña me ayudó el 85% del tiempo, especialmente con la mayor. Pero ese 15%…no sé como no me volví loca!!!
Dar la teta, acompañar al baño, dar de comer a una con la otra durmiendo en brazos, la una quiere ir al parque, la otra duerme en el sofá. que si la mayor se ha hecho pis, que si la pequeña vomita. Que si la una se despierta 20 veces hasta las 3 am, y la otra se desvela a las 5. Que si una tiene calor, que si la otra tiene frío. Que si mamá por aquí, que si lloros por allá,…recuerdo especialmente una quedada que lo resume bastante bien. Quedé con mis amigos de la uni para comer, y como yo era la única con hijos en ese tiempo, quedamos en el piso donde yo me quedaba. Cada uno traía algo y así todo era más fácil. Bien, pues yo figuraba empujando el cochecito de la mayor para que se durmiera, mientras la pequeña estaba en la bandolera entre durmiendo y pidiendo teta, y entre todo esto intentaba contarles mi vida a mis amigos, o enterarme de algo de lo que me contaban. Recuerdo haberme sentado en el postre…pero milagrosamente no los asusté con la bimaternidad y casi todos tienen hijos ahora.
Y el momento estrella del viaje…saliendo del Zoo con la peque rebentada de pasar toda la mañana caminando, y la pequeña dormida en el cochecito. Tenía que ir a un metro con ascensor (para las que sois de Barcelona, tenía que ir hasta Barceloneta desde el zoo. La mayor, destrozada de cansancio, empezó a patalear que quería brazos, tenía hambre y tenía sed. Con ella en brazos no podía empujar el cochecito. Logré recorrer medio camino hasta que la pobre se rindió y se sentó en el suelo. No daba ni un paso más. Desperté a la peque para llevarla a ella en brazos pero entonces quería teta…al final terminé en la Estació de Franca, moviendo con un pie el cochecito para que la mayor se durmiera mientras la peque tomaba teta, y después recorrí el resto del camino con la peque en la bandolera mientras empujaba el coche. ¡Cómo bajé de peso en ese viaje!
Recuerdo ese viaje y no sé como pude no volverme loca. Pero también recuerdo con una sonrisa mis paseos locos, mis quedadas con amigos en los parques.
Pero después de ese viaje, todo era pan comido. No había problema en salir o moverme con las dos. Y a las amigas con un solo bebé que me decían que salían cargadas como mulas de casa al parque, les contaba que algún día echarían de menos la tranquilidad de moverse con uno solo.
Después crecieron, la peque ya no era tan portátil con la bandolera…y de nuevo todo era un drama. No se estaban quieras, había que estar pendiente de mil cosas, llevar muchos más juguetes o ese zumo de casa que es «lo único que me quita la sed» y tantos otros detalles.
Pero trabajando media jornada la verdad es que intento organizar al menos una tarde a la semana con amigas de mis hijas en casa (esto da para otro post) o salir nosotras a visitar amiguitas. Y hoy, mirando hacia atrás, pienso que casi lo tenemos dominado. Las tres. Eso sí, no se quedan solas en ninguna parte, ni en cumpleaños ni en casa ajenas, que es lo que «me dicen» deberían hacer a esta edad (también os lo contaré en otro post). Pero a mi no me importa acompañarlas.
Saben que no se corre ni en la calle ni en un parking. Que en parkings hay que caminar pegada a la mamá o quedarse pegada al coche (un día una de ellas se llevó tal susto con un coche de esos enormes que se usan aquí que aparcó sin mirar que lo aprendieron de golpe). Que si queremos llevar mil cosas y mamá tiene dos brazos, o llevamos pocas o ayudamos entre todos. Que no vamos a un parque grande las tres solas porque no me gusta estresarme, así que buscamos parques pequeños. Que no pueden ir donde no me llegue la vista para verlas (esto la pequeña no lo tiene aprendido, pero en eso estamos)
Cuando les digo 10 minutos y nos vamos, no hay peleas, ni pataletas. Solo negociamos la cantidad de minutos. Y yo no sé como llegamos a este punto, pero lo agradezco. No sé en qué momento hicimos el cambio, pero me alegro. Porque me gusta ir con ellas para todas partes.
Un post muy real, pero hasta que no eres mamá de dos y lo vives no te haces una idea!
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Te aplaudo! Y también las felicito por ir encontrando la armonía en el andar. Gran trabajo de equipo! 😛 😉
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Gracias 🙂
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Esa situación me la conozco bien, es más habitual de lo que pensamos, pero se pasa fatal. Menos mal que lis niños crecen!! 😉
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Si, crecen y uno se adapta que no le queda otra 🙂
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Puf, se me ponen los pelos de punta de pensar en lo que se me viene encima!
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Lo de moverse con dos no sé lo que es. Nosotros salíamos de casa siempre con lo mínimo, sin embargo, te entiendo, en ese momento en que no quiere carrito, ni brazos, ni caminar ni nada, que solo llora y patea, y además yo voy cargada con otras cosas… No sé como no me he vuelto completamente loca.
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Cómo te entiendo! Los míos se llevan 22 meses y, antes de que naciera el pequeño, no hacía más que darle vueltas a cómo haría para salir con los dos a la calle. Tenía que llevar y recoger al mayor de la guarde, ir a comprar, al parque… Y encima soy de lo más callejera. Mochilas, carrito y patinete han sido mis aliados al principio. El mayor ya va andando a todas partes y me manejo bien con los dos. Ya veremos cuando el pequeño deje la silla de paseo. Eso sí, yo he aprendido a salir con lo imprescindible. Cuando tenía sólo un niño me llevaba media casa. Ahora soy práctica: pañales, toallitas, un botellín de agua y un par de coches pequeños en el bolso. Me los llevo a todas partes, incluso en autobús o en metro, y la verdad es que, de momento, no tengo problemas.
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¡Qué valiente un viaje tu sola! Por suerte, te ayudó a superar tus miedos y por lo que leo… ¡no lo has podido hacer mejor! La maravilla de la maternidad es que nunca dejas de aprender.
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exacto…la maternidad me ha enseñado que uno puede llegar mucho más lejos de lo que imagina 🙂
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Ay te entiendo perfectamente! Los míos se llevan 19 meses y el mayor tiene 4 años, y si te digo que con ellos dos solos aún no me atrevo a ir por la calle… Cuando eran más pequeños, que aún los llevaba controlados en carro y mochila aún, pero ahora se me hace complicado porque son muy inquietos y tremendos y me dan un susto en cualquier momento…
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me pasó lo mismo! que facil era cuando se podía llevar una en brazos. pero al final fui buscando lugares donde me sentia mas tranquila con ellas (no voy a parques amplios sino a sitios más acotados o a la biblioteca municipal o quedamos con amigas) y así se fueron acostumbrando a ciertas normas para que pudieramos salir solas; ahora todos los días vamos a alguna parte 🙂
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Que valor, yo para eso soy más cagada, no voy sola con el niño a ningún lado. Y no porque necesite ayuda con él, porque lo he criado sin ayuda de madre, hermanas etc , pero por la cuestión logística. No me veo con niño,silla,maletas etc yo sola por el mundo jaja.
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jajajajaj, una se acostumbra creeme…yo hasta he minimizado las cosas a llevar…que me faltaban manos. Y ahora la mayor ayuda 🙂
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No,si yo soy de viajar con lo justo. Cuando viajamos los tres, llevo una única maleta para todo mas la bolsa del niño para llevar con nosotros con lo básico que pueda necesitar en el viaje. nada más. Pero yo sola, no me veo con el niño, la silla, la maleta, se me marea en coche, yo también.. horrible.
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Jajajjajajaj
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Ay qué miedo me da jajajajajaja. Yo no tengo ni un solo hijo, pero me da pánico verme en semejante situación y no saber salir de ella como debiera. Aunque dicen que al final te salta el instinto de madre y acabas haciéndolo bien, o al menos, lo mejor que puedes.
Eres una campeona.
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exacto, uno lo hace lo mejor que puede, yo me dejo a veces que si el zumo, que si el juguete, que si el gorro…pero oye, que no paramos de un sitio a otro, ya hago mochilas como en modo automatico
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Yo me preguntaba como lo hacian las madres con mas de un hijo y ya te leo! jejejeje yo con una ando muy cargada pero cada vez mas controlado todo, aun asi me gustaria vivir esa»loca experiencia» que cuentas 🙂
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uno se va adaptando. cuando tenia una de verdad que asumia que tenia que acompañarme alguien para salir que sino eran muchas cosas jajaja, despues con dos…me las tuve que apañar mas de una vez hasta que asumir que habia que tirarse a los leones jajaja
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Con dos no es nada, prueba con tres! eso es tener sentido de la aventura, la verdad me urge un auto, que no tengo…si salimos con los 3, vamos los 5, Ori en el fular, Sebas en coche o cargado (yo prefiero con el coche así lo comparte con Ori a ratos) y Vera caminando, bailando, jugando…con dos llevaba la mar de juguetes, ahora aprendí a reducir al mínimo el equipaje, también hay días que salimos de 2 en 2 o solo con los grandes todo depende a donde vayamos, organización que le dicen 🙂
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jajajaja, esa frase la digo yo a las amigas que tienen uno «pero si con uno no es nada» puedo imaginar que con 3 el ingenio se triplica!!
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Bua indentificada 200%. De hecho en algún momento he pensado que con el mayor salía mucho a todas partes cuando era bebé, pero con mi pequeña ya no tanto… y es que es cierto, solo salir con los dos es un mundo!!! Pero también lo tenemos controlado y nos encanta. Y lo mismo que tú… vamos los tres en pack a donde sea y nos encanta a todos :-p. Y que hay de las 20 veces que vuelves a entrar en casa después de haber cerrado porque «mamá, no he cogido el coche rojo que es mi preferido… » jajajajaja. Con 4 y 2 años recién cumplidos la preparación para salir de casa requiere su tiempo y de una madre pendiente de que, como bien dices, no falte, el agua, las galletas, las toallitas o los juguetes preferidos que nos acompañan también a todas partes. Que bonito poder disfrutarlo y poder contarlo en primera persona, no creéis?
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jajajaja si…las entradas a casa y los «espera mama que me faltaaaa» me desesperan un poco, pero la verdad que me encnata tener la oportunidad de pasar tanto tiempo con ellas y poder hacer todas estas salidas 🙂
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Como te entiendo de verdad!!! Y yo quiero tres, jsjaja.
Ahora que el bebé le encanta moverse t no para quieto es aún más difícil, pero yo me niego a quedarme en casa…
El metro ya lo tenemos casi controlado, por eso de las inmensas escaleras mecánicas que me dan un miedo…
Pero la práctica hace la experiencia y nosotras podemos con todo!
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