El misterio del habla

La revista Edukame de este mes me inspira a hablaros de este tema. Y me inspira porque en casa tengo dos niñas, a las que hemos criado igual (no igual igual porque es imposible, pero con las mismas bases) y son dos niñas que han tenido un desarrollo del lenguaje completamente diferente. Ya sabemos lo importantes que son las palabras en la comunicación con los niños: mejoran la comunicación, reducen las rabietas, y nos hacen la vida más fácil.

En mi caso las terremoto ya he dicho muchas veces que no se parecen en nada. Bueno, pues tampoco se parecen en cómo han aprendido a hablar, ni en los tiempos de aprendizaje.

A la mayor, que ha pedido movimiento desde que llegó a este mundo, le cantaba mucho cuando la paseaba arriba y abajo para que se calmara. Aunque tomó teta un año, no era niña de calmarse solo con darle leche. No le gustaba de hecho. Así que paseábamos al ritmo del «joan petit quan balla». Y sí, le hablábamos en las mudas y cuando jugábamos con ella, pero tampoco nada en exceso. Como digo, era bebé al que le gusta estar en movimiento, así que pasábamos mucho rato en la calle con el cochecito.

En casa el padre de las criaturas le habla chileno, la iaia le habla castellano, y aquí su querida madre le habla catalán cuando no se le olvida y le habla un mix de castellano-chileno.

Pues bien, ya fuera por las canciones, o por escucharnos hablar, o por su querido Mickey Mouse y su serie de la tele, o por ponerle música, o por su curiosidad innata por el lenguaje y las lenguas; el hecho es que antes de cumplir los dos años en la guardería me preguntaban qué habíamos hecho para que hablara tanto y tan claro. Hilaba frases cortas, pronunciaba mejor que lo que correspondía a su edad y, aunque tímida, se hacía entender ante una necesidad. Y de ahí ha sido un no parar, porque es capaz de ponerse series en inglés solo para aprenderse palabras (y no es iniciativa de sus padres) Ella manifiesta abiertamente que quiere hablar más idiomas que sus padres de mayor.

Y entonces tenemos a la enana, que aunque mucho más tranquila y amante de la teta y del silencio, ha tenido a una cotorrita al lado desde que nació hablándole y hablándole. La pequeña a la que quizás no le hablamos ni cantamos tanto, porque su consuelo era siempre la lactancia o el piel con piel con mamá. La pequeña que adora mirar y mirar libros. La pequeña que, con dos años, podías contar con una mano las palabras inteligibles que decía. La pequeña que, con dos años y medio, hablaba su propio lenguaje, pero no se le entendía nada!!! ¿Cómo se lanzó a hablar? Primero, descubrimos unas canciones infantiles en catalán que le encantaban. Se las poníamos todos los días camino a la guardería. Primero, tarareaba, después repetía palabras, y ahora se la sabe todas enteras! Después vinieron las canciones de la guardería, las de sus series favoritas…y poco después hablaba como cotorrita. Si es verdad que no comprende lo que le pedimos o preguntamos tan rápidamente como su hermana, pero ahora ya te da discursos y cuenta historias completamente comprensibles. Y con ella siempre que me señala algo sin decirme lo que quiere le verbalizo lo que pide, y si asiente, le pregunto si me lo puede pedir con palabras. Por imitación va aprendiendo.

Si lo pienso fríamente igual nos parece que hablaba menos de lo que hablaba, pero es que sin querer la precedía el ejemplo de la ávida cotorrita mayor. Según la guía ofrecida por el número de Edukame de este mes, resulta que está en la etapa que le corresponde. Lo que uno aprende…

Cosas que hacemos en casa que, creemos, estimulan el habla:

  1.  leer cuentos
  2.  cantar canciones
  3.  contar lo que vamos a hacer o hablar de lo que hemos hecho
  4.  nombrar las cosas (por ejemplo si las niñas señalan un vaso, decirle: Quieres el vaso de zumo?)
  5.  intentar ayudarlas a verbalizar lo que quieren expresar cuando lo señalan, y después pedirles que lo hagan ellas. Si no quieren, siempre lo dejamos «para la próxima para no aburrirlas» (esto ahora ya solo nos toca con la peque…la mayor no lo necesita)
  6. escuchar lo que tengan que contarnos (aunque sea laaaargo)
  7. no corregir las pronunciaciones o verbos (porque aun no están en esa etapa) pero decirlo o pronunciarlo siempre correctamente

Cosas que recomienda la revista para las edades de las terremoto:

De dos a tres años:
  1. Utiliza con el niño un vocabulario amplio y variado
  2. Enséñale cómo se dicen los verbos correctamente
  3. Cántale todo lo que puedas
  4. Mantén la calma mientras el niño intenta contarte algo (esto reconozco que a mi, a veces, me cuesta)
De cuatro a cinco años:
  1. Diviértete con tu pequeño usando las palabras; podéis jugar a las adivinanzas, al veoveo, a contar chistes breves (justo este año empezamos a jugar con el veo veo…da tanto juego!)
  2. Juegos para enseñarle a decir correctamente una palabra
  3. Ante su insaciable curiosidad y sus constantes preguntas debemos actuar con normalidad y contestarles con calma aunque insista
  4. Aprovecha esta etapa de imaginación desbordante para inventar con él cuentos e historias.
  5. Juegos de memoria, adivinanzas…jugar jugar jugar con el lenguaje

De la revista también  he aprendido que el correcto masticar ayuda al lenguaje; pero en nuestro caso, ninguna de las dos es buena masticadora, así que eso seguro no lo hemos aplicado.

También nos hablan del bilingüismo. Si hay algo que tengo claro y he leido en todas partes, es que para el bilingüismo en el hogar, cada padre tiene que hablar siempre siempre al niño en el idioma elegido. Yo iba muy bien con esto hasta que terremoto mayor se hizo mayor, y cuando había más gente me decían que no se entendía lo que le decía, y después nació la enana y andaba tan cansada que cambiar trescientas veces de idioma me agotaba…y ahora estamos volviendo a la situación inicial en que solo les hablo catalán. Digo esto porque aunque está claro que lo ideal es que sea una persona-un idioma, las niñas entienden el catalán y se defienden cada una a su nivel en el idioma, así que las pequeñas esponjas lo aprenden igual (aunque yo no siga las «instrucciones» al pie de la letra)

Hasta aquí mi propia experiencia, de nuevo con niñas algo creciditas. Si queréis más información sobre el desarrollo del lenguaje en bebés y niños más pequeños, entrad aquí. Y no os perdáis los juegos que incluyen en los materiales.
juego lenguaje
La foto que veis es del juego «Digo Digo» que tiene distintos juegos según la edad de los peques. Me ha encantado! Ya lo tengo listo para jugar, en una tarde cualquiera, con las pequeñas terremoto.

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21 comentarios en “El misterio del habla

  1. Pingback: Mi 2015 en imágenes | Asi piensa una mamá

  2. Que interesante, que diferentes somos desde pequeñitos ya… Cachorro con 16 meses apenas dice papá y mamá y tengo unas ganas terribles de que empiece, que intenta explicarse pero no le entendemos mucho al pobre

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  3. Soy la otra mitad del blog mi refugio virtual. La sin hijos.
    Igualmente pensando en un futuro, espero que cercano, me encantaría que mi hij@ hablase más idiomas que yo. Si el chileno cuenta , el argentino también no? Guay! Ya tengo uno jajajajaja.
    Que suerte tienen aquellos niños que aprenden desde enanos varias lenguas.

    Besinos.
    Gloan

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  4. Tate, el mayor, desde siempre ha hablado muy bien, empezó pronto y como no para, habla perfectamente. Coque está empezando ahora y parece que lleva buen ritmo, ya iremos viendo. Muy importante el hablar con ellos, cantar, leer,… todo lo que se pueda y como bien mencionas invitarles a hablar y no conformarnos con el dedito que todo señala.
    Me ha gustado un montón el post y conocer Edukame. Gracias!

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  5. Nosotros solo le hablamos castellano,pero es que le hablamos un montón porque además yo hablo por los codos y se lo cuento todo ajaj, le hablo como a un adulto,nada de usar vocabulario de bebés. Pero nada, hay palabras que a el se le ha metido que se dicen de otro modo y no hay forma de que las corrija. Así que la mayor parte del tiempo solo lo entiende su madre,osea yo, ajaj. Aún tengo varios meses hasta que empiece el cole así que imagino que mejoraremos algo.

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    • si le hablas mucho, estoy convencida que de repente un día hará una explosión de palabra. Y sino, cuando empiece el cole seguro notas un cambio. La mía lleva pocos días y ya filo con los cambios. Es como si acumularan y un buen dia…se abre la caja de pandora

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      • No si hablar habla, pero sólo le entiendo yo porque el cambia las palabras a unos límites… Por ejemplo, excavadora es «ateya» y no lo sacas de ahi. Así que el resto del mundo siempre me preguntan que dice, que no lo entienden al pobre. Hombre, hay cosas que se le entiende perfectamente pero cuando enciende la metralleta y suelta carrerilla,me reclaman de traductor.

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  6. Tienes razón. Mis dos sobrinos se parecen un poco a tus hijas. El mayor un cotorro y el pequeño va mucho más lento en este sentido.
    Edukame tiene mucha razón en sus recomendaciones, muchas de ellas las hemos puesto en marcha con Álvaro y funcionan. Además, quizás sea porque el nunca ha comido triturados, pero ha empezado a hablar antes que otros muchos niños de su edad.
    Muakk

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  7. Me ha gustado mucho tu post!!, el mio con 20 meses dice palabrejas pero creo que le gusta más señalar, se ha dado cuenta que así también le entendemos, así que lo que hacemos es hacer como que no sabemos qué quiere decir para que intente hablar, y alguna vez hemos conseguido que no señale y lo diga a su manera.

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  8. Me ha gustado tu post, dos hermanas criadas igual y con interacciones de lenguaje distintas. En nuestro caso, Rosquis apenas dice nada con 14 meses, si que tiene una rica interacción en comunicación no verbal y nos obedece y se entera de lo que le decimos, pero a todo le dice «papa» últimamente, no sabemos qué hacer para que se lance a decir alguna palabra con sentido. Yo le hablo, le digo los objetos que señala por su nombre…A ver qué pasa! besitos!

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