Mi vida entre 4 mujeres

 Hoy traigo una sorpresa…el post no lo escribo yo:

Mi querida señora, anfitriona de este espacio, me ha pedido lo imposible: escribir en su blog para contarles lo que se siente ser un único hombre, rodeado de 4 mujeres: 1 abuela, 1 madre y 2 pitufas.

Bueno, antes de meter la pata, creo que es necesario hacer un poco de historia, y tratar de entender nuestra conducta.

Siempre se dice que los hombres somos hipersexualizados (lo cual es verdad), pero poco se habla de otra característica nuestra que es igual o más influyente que la anterior: somos competitivos, y necesitamos sentirnos ganadores e importantes. ¿Por qué creen que nos imaginamos levantando la copa en la final del mundo, metiendo ese smash ganador, subiendo el cerro más alto, dando el golpe de KO, etc.?

¿Por qué nos gusta tanto el fútbol? Porque nos proyectamos. Porque nos hubiese gustado ser ese jugador glorioso. ¿Por qué podemos ver 100 veces el mismo gol? Porque cerramos los ojos y nos imaginamos que Messi somos nosotros, y que la pelota entra, y entramos en éxtasis con esas 100.000 personas que están en el estadio.

Pero esto va más allá: aquellos hombres que no son fanáticos del deporte, querrán ser los mejores investigadores, los mejores músicos…soñarán con recibir el premio Nobel, tener el auto más cool, la billetera más profunda, tener más grados académicos y un largo largo laaaaaargo etcétera.

Y es que los hombres necesitamos competir. Y no solo contra terceros, sino también contra nosotros mismos. Y no solo por el hecho de ganar, sino también porque generalmente las competencias nos permiten medirnos, a través de un indicador concreto.

Nos gusta el reconocimiento. Nos gusta trascender. Felices seríamos Presidente. Necesitamos sentirnos importantes. No descansaremos hasta encontrar ese lugar en dónde nos sintamos de esta manera. Y no es necesariamente por ego. Mas bien lo veo como una señal de debilidad o dependencia, que es bien distinto.

Por eso nos cuesta tanto adaptarnos cuando llegan los hijos: perdemos nuestro sitial, y pasamos a tener baja prioridad en la escala de importancia en el hogar. Y es por eso que siempre reclamamos. No digo que esté bien, pero así funcionamos.

Mi caso es de aquellos en que dices «las vueltas que da la vida». En mi casa eramos 4 hombres vs 1 mujer, mi madre, que viene a ser el exacto inverso de mi realidad actual. Era mi madre la «diferente», la que tenía otra forma de pensar. Pero, a diferencia de lo que hacemos nosotros, nunca se quejó (casi me atrevería a decir que lo disfrutaba).

Ahora, la vida se ha encargado de mostrarme el otro lado de la medalla. Aquello que para los hombres es tan importante, para la gran mayoría de las mujeres no puede tener menos importancia.

El problema es leve cuando estás one on one, porque la contienda es pareja. Pero cuando nacen los hijos, la cosa cambia. Porque la mujer hace una actualización completa de su  sistema operativo, pasa de la versión 1.5, a la 5.0. Empieza a funcionar con una escala de prioridades totalmente distinta. Es casi como un nuevo nacer psicológico.

En cambio, el hombre solo hace el upgrade de la 1.5 a la 1.7. Básicamente, sigue siendo el mismo. Es cierto, los niños pasan a tener el 1er lugar en la escala de prioridades (quizás no en todos los casos), pero nos siguen importando las mismas cosas, y seguimos necesitando lo mismo para ser felices (en las mismas magnitudes).

Y, mientras la mujer saca la ropa de su hij@ y hace complejas proyecciones matemáticas para estimar la temperatura que hará a las 7 de la tarde, de manera que la ropa elegida para el bebé sea la perfecta, nosotros planificamos la tarde pensando en todos los partidos que queremos ver, asumiendo que “algún sacrificio tendremos que hacer” por el bien de la familia y los niños (i.e. perdernos la repetición del partido del Chievo Verona)

¿Y qué pasa cuando pasan a ser 4 mujeres y 1 hombre? Pues pasa lo mismo que cuando un equipo juega con 3 jugadores menos:

  • Toda tragedia pasa a ser inminente (arañas asesinas, caídas por al vacío el balcón, muerte por asfixia con alimentos, muerte súbita, ahogo por inmersión en el agua, etc)
  • Lo que se dice, por muy trivial que sea, habrá pasado, sin excepción, por el proceso que denomino “la partida de ajedrez”, en donde se calculan todas las posibles combinaciones de cosas que se pueden decir, de manera que la contraparte no vaya a malinterpretar/sentirse ofendida/sentirse obligada a cambiar los planes
  • La conversación (o el cacareo, como le digo yo) predomina por sobre todo.
  • Las princesas son tema (las de los cuentos y las de la revista Hola)
  • Hay muchos, muchísimos gritos, pero muy muy pocos golpes
  • No importan tanto los logros en el trabajo, ni el dinero, ni el poder, ni los autos, ni ser campeón del mundo ni ser presidente…
  • …pero sí existe una estricta medición de indicadores clave: Horas que han pasado desde la ultima caca, minutos conectad@ a la teta, minutos/olla, minutos/microondas, horas/tele, horas/Tablet, minutos desde el último llanto
  • La comida tiene tendencia a lo sano
  • Pocos insultos, pocas malas palabras, pocos gases en espacios públicos del hogar
  • El auto puede estar sucio por dentro y por fuera, y a nadie le molesta.
  • Cuando cambias de usuario en el computador, te encuentras con artículos como «En mi cama somos 4», «Los beneficios del parto natural», o paginas de ropa de bebé en descuento, y un montón de artículos tipo receta con “Las 10 cosas que…”
  • Te das cuenta que muchas más mujeres de las que creías no pueden pasar 1 solo día sin hablar con su madre

Y, así, podría seguir enumerando.

La verdad es que vivir entre tantas mujeres es, a veces, una locura, pero a su vez una experiencia muy curiosa y divertida.

Es asombroso ver lo sacrificadas que son, lo unidas en todo momento, pase lo que pase, el afecto implícito que hay en sus relaciones. Su habilidad para valorar las cosas importantes de la vida. Su energía eterna y renovable, día a día. Su capacidad de aguantar todo, y de reacomodarse eternamente.

En el fondo, son encantadoras desde el minuto 1. Esa forma de mirar, de decir las cosas. Son encantadoras!

Seguiría adulándolas, pero ahora me tengo que ir porque va a comenzar el resumen de los goles 🙂

Este post inaugura una nueva sección, «cosas de ladies», para intentar describiros como es la vida en una casa casi casi completamente gobernada por mujeres. Palabra que el post está escrito por el padre de las criaturas, sin edición, y palabra también que se ha controlado mucho…porque hay días que le volvemos un poco loco

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26 comentarios en “Mi vida entre 4 mujeres

  1. Muy buena la nueva sección. No veas como le comprendo pero a la inversa. Si mi marido tuviera un blog seria yo la que escribiría mi experiencia como única mujer entre cuatro hombres (marido y tres trogloditas) a lo que se une que solo tengo un hermano, ya solo vive mi padre y mis dos sobrinos carnales también son varones!!! En fin, siempre me quedarán mis cuñadas y mi suegra…

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  2. jajajjaa, mira mi marido… 3 hijas,yo,y su madre no vive aquí pero como si estuviese porque le llama cada media hora (a veces creo que aún llevan el cordón). Tiene que estar harto. Estará esperando que el pequeño crezca para tener un apoyo.

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  3. Pingback: Blogs de papás y mamás: salir del armario de la infertilidad, errores de los que se aprende y más | E7radio noticias, de Venezuela y el mundo

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