Una espinita

A veces, leer mucho no nos hace bien.

A veces no nos hace bien si miramos de forma retrospectiva, si podemos informarnos para un futuro, está bien, pero si es sobre cosas que ya vivimos…pues no siempre el resultado es agradable.

He leido cada vez más cosas sobre partos naturales, partos en casa, partos respetados, planes de parto…cosas que me han encantado…pero estas fuentes de información me han llevado a otras: maniobras que se realizan en hospitales que no favorecen en los partos, maniobras que no tendrían porque hacerse en los partos, maniobras que no son 100% seguras y aun así se hacen, cosas por las que siempre deberían pedirte permiso…y un largo etc de detalles que no sé si quería saber.

Algunas me sorprenden, otras me horrorizan…y algunas me entristecen. Porque yo creía que, dentro de las particularidades de mi primer parto, éste había sido lo más respetado posible.

Así lo viví yo en su día…

No entendía porque no me dejaban ir a la clínica cuando llevaba tantas horas con contracciones, solo porque éstas no eran exactamente regulares. No eran regulares, pero llevaban más de dos horas con separaciones entre 3 y 5 minutos. Yo sabía que llevaba mucho rato de parto, y si iba a nacer el bebé en la clínica…¿porque no podía ir ya? Por suerte, mi pequeña rompió la bolsa de una patada y no hubo más que decir. A la clínica. Dilatación avanzada al llegar, el examen fue un poco desagradable, pero yo lo atribuía a los dolores de parto, que tenían tela.

Me dan una habitación y, de ahi, tenía que estar estirada (me sorprendió, yo creía que se podía caminar) Cuando me iban a poner suero, (ni idea que me pusieron la verdad, yo no había leído tanto entonces…) se puso a temblar. A temblar en serio. Un terremoto 8.8 que hubo en el sur de Chile esa noche. Lo que sentí entonces lo describía aqui. Entonces esperé, y esperé y esperé , y pensé muchas veces que a la niña le iba a dar por nacer ahí en medio, estuviesen los demás listos o no. Sin anestesia, sin que me dejaran caminar, no sabia como ponerme con el paso de las horas. Y pasaron bastantes horas. Las salas de parto había que ponerlas en orden después del terremoto pues se había caído todo al suelo. Me dijeron que tendría que ser sin anestesia, y con 8 horas de contracciones de parto, yo sentía que ya no podía más. No me habían dejado moverme desde que había llegado…casi 5 horas antes. Y me pusieron anestesia. Pero no la epidural de hoy…sino de las de antaño. O esa es la manera en que me gusta describirla. Y no sentía las piernas, no sentía nada! Y entonces va y la bebé se duerme (cosa que no me extraña con el chute que me pusieron!) y no quería salir. A mi no me dolía nada así que tan pancha, pero ella llevaba muchas horas de parto y sin bolsa, y tenía que salir. A mi no me parecía normal que tardara tanto. La matrona miraba al ginecólogo y le decía que había que sacarla, él que esperáramos, ella que tenía que salir…y yo ahí en medio. Al final fuimos a quirófano (no sabían si saldría sola porque tenía además una cabeza bastante grande) La postura era antinatural, pero salió sin cesárea, en dos pujos, ella sola se encajo cuando me pusieron en esa postura incómoda…con la ayuda de una enfermera que asumió que yo no sabía pujar y apretó mi barriga sin avisarme, así de sopetón. Con cortes de los que me avisaron más que pedirme permiso, pero sin contarme qué significarían después. Mi hija nació en dos pujos (claro que con esos empujones…) Y bueno, la vi dos segundos. Después la vistieron, pesaron y demás, y la pusieron en una incubadora y se la llevaron a neonatologia. El pediatra que la recibió probablemente unica supo que era el piel con piel, yo sentí que me la presentaba y listos. ¿Y yo? Esperando costuras y demás. Nadie me hacía ni caso. Esa parte ya no me gustó entonces, porque tarde tres horas en ver a mi hija otra vez y sentía una soledad tremenda en el quirófano, mirando como amanecía, sola. ¿Y la lactancia?¿cuando podré abrazar a mi hija tranquilamente?¿donde está el bebé a todo esto?

Pero es que cuando leo artículos como este y me doy cuenta que a mi nadie me pregunto si podían subirse a mi barriga cual guerrero de sumo para que la niña «saliera de una vez». La niña no quería salir porque se habían pasado con la dosis de anestesia! Esa anestesia, que aunque no hubiera llegado quizás no hubiera hecho falta, por mucho dolor que tuviera, si me hubieran dejado moverme de la cama o alguien se hubiera preocupado por ayudarme a paliar el dolor de alguna otra manera! Pero todo el mundo estaba preocupado de las noticias, del terremoto, y bueno, el parto tenia que ser y era lo que les había tocado. Que lo entiendo, pero no era muy agradable. En la habitación tenía la tele con las noticias del terremoto, no paraba de entrar y salir enfermeras, doctores…en fin. Me pareció muy público, y siempre pense que eran todos así.

Después, leí un poco, y llegó mi segundo parto. Un parto donde el dolor me resultaba soportable, más que soportable. Un parto al que llegué a la clínica con más de 7 cm de dilatación. Un parto donde quería caminar pero tampoco me dieron oportunidad, donde tras la primera dosis de anestesia, muy leve, no quería más…e igual me la pusieron «porque es necesaria» (y a causa de la cual casi me desmayo y por suerte con algo la contrarestaron porque sentí perfectamente la salida de la pequeña), un parto corto, un parto donde termine con puntos por precaución sin que fueran necesarios (por suerte fueron menos)….pero almenos un parto donde mi pequeña, que salió en un solo pujo sin que nadie tocará mi barrigón, se quedó conmigo largo rato, donde sí se respetó el apego en sus primeros minutos de vida. Donde la neonatóloga que la atendió se interesó por el proceso de parto desde el principio, y se preocupó por que ella, desde que nació, estuviera con su madre.

Pero después seguí leyendo, y leyendo, me seguí informando, y me queda una espinita que las cosas podrían haber sido más…naturales, menos estructuración hospitalaria, menos protocolos y más respeto por los procesos que son naturales, más dejarme opinar, decidir. Más…dejarme ser. 

Me queda la espinita de que me gustaría revivir mi primer parto de forma diferente, me gustaría haberme alzado en favor de mi pequeña para que no pasara tantas horas lejos de mi, me gustaría haberme sencillamente levantado a caminar…y me gustaría en el segundo haber dicho un No bien rotundo a la segunda dosis de anestesia.

No tengo nada en contra de mi ginecólogo y mi matrona. Les tengo mucho cariño, a ambos. De hecho, si tuviera a mi tercer hijo en Chile, sería con ellos. Creo que esto va más allá de ellos, es un tema de formación, de costumbres, de protocolos, y quizá muchos de los profesionales harían las cosas de forma distinta si les dejaran. Siento que ellos me respetaron pero dentro de la «norma», siendo partes del proceso de parto cosas que no decide la parturienta.

También sé que hay partos peores, hay partos más complicados, hay partos menos respetados. Hay de todo. Mi primer parto seguro fue perfecto a ojos de muchas madres, pero seguramente no lo fue tanto a ojos de muchas otras. Hay de todo.

Pero…todo esto tiene la parte positiva que cuando me decida por un tercero, ¡voy a ir con los deberes bien hechos! A la tercera va a la vencida y con el tercero no me va a engañar nadie 🙂 Y ojala a todas las embarazadas, a todas las parturientas, no se les metiera miedo, no se les explicara lo que puede salir mal, solo nos dijeran que es un proceso natural que lleva muchos siglos sucediendo y que ellos nos ayudaran para que todo salga como debe salir; ojalá todas pudiéramos expresar lo que queremos en el momento y fuera respetado, sin necesidad de planes de parto, sin necesidad que tengas que elegir clínica u hospital para estar segura que te van a respetar, sin necesidad de poder encontrarte con un neonatólogo que «pasa» del apego. Ojalá lo que se enseñara en la formación del parto a todos los profesionales fuera que basen sus actuaciones en el bien del bebé y la madre, pero también en el respeto de lo que ellos necesitan y quieren.

Y, con todo esto, también he aprendido, como decía al principio, que a veces informarse es bueno «a priori» cuando te informas «a posteriori» te añades una tarea extra: aprender a guardar esos momentos que no te gustaron y quedarte con las cosas que sí te gustaron, aprender cómo quieres que se tu siguiente parto pero no lamentarte de que el anterior no fue como tu querías. en mi caso, sacarme esa espinita y recordar todo lo maravilloso que pasó esos dos días.

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La imagen de cabecera es el lema de la semana por el parto respetado de 2013 y está sacada de educer.es

19 comentarios en “Una espinita

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  10. Qué te voy a decir… Esa espinita cuesta mucho sacársela, yo aún estoy en ello. Por suerte tuviste una segunda experiencia buena y una tercera que (si la hay) esperemos que sea la bomba.
    Un beso

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  11. Tienes razón, la información a posteriori sólo sirve para fustigarse. A mi me pasa constantemente con este pequeño, aunque creo que también es aprendizaje y estoy convencida que no me van a pasar dos veces muchas cosas que consideró he hecho mal… Eso sí, me da la impresión de que si se va a parir a un hospital no hay mucha forma de librarse de todo el procedimiento.
    Por cierto, a mi también me hicieron la Kristeller y es un horror.

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    • si…me pasa que tengo sentimientos encontrados…¿me servira a futuro o me «nubla» el pasado? Pero que es aprendizaje lo tengo claro.
      No más Kristeller! Cada vez que leo sobre esta maniobra agradezco que no nos pasara nada…porque literalmente me senti luchando sumo! un abrazo!

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  12. Está muy bien que tengas presentes todas estas experiencias, y las dejes por escrito… porque en mi caso, tengo una clara tendencia a olvidar las malas experiencias y quedarme «mentalmente» con lo bueno, en la mayor parte de los casos.

    Y a veces está bien tener esto cerca… por si tenemos que echar mano de ello en un futuro, y recordar que no todo es -o más bien fue- arco iris.

    ¡Un beso, hermosa!

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    • si, tienes razón…tengo sentimientos encontrados. A veces pienso que es bueno recordar lo que no me gusto para que no se repita, pero a veces también añoro cuando no sabia tanto y me había parecido «casi todo» bueno. Yo también tengo mala memoria…si me preguntan anecdotas de infancia necesito el comodin del publico, jaja. Un beso!

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