Sí, el título hace referencia a las rabietas. Rabietas, pataletas, berrinches, mañas, como quiera llamarlo cada cual.
Esta palabra siento que ha cambiado su definición para mi con el tiempo. Antes de ser madre…o mejor, antes de empezar a hacer de canguro a la hija de una prima, para mi (en mi inocente desconocimiento fruto solo de lo que oía por ahí) las rabietas eran la forma que los niños tenían de liarla parda en un super, tienda de caramelos o de juguetes, en un parque, etc..Por ahí oía que era la forma de manipular que tenían los niños malcriados, que lo hacían para salirse con la suya, que manipulan, y cosas parecidas. Lo confieso, yo no lo daba más vueltas.
Cuando empecé a hacer de canguro, y más de una rabieta y más de dos me tocaron vivir, me parecieron fáciles de manejar…un poco de despiste, una explicación corta, y mira, la mayor parte de las veces, funcionaba. Algunas no, pero mi paciencia estaba desbordante por aquella época y nunca me preocuparon mucho. De hecho, me parecieron más normales de lo que había oído por ahi…
Al convertirme en madre, como mi primera hija es una santa, la verdad es que rabietas pocas. Porque claro, no considero rabieta a llorar y llorar por no querer dormir sola, o a pelear con la teta hasta que una toma duraba más que la una película. La reina de la casa (princesa ascendida a reina en cuanto nació su hermana) empezó pronto a hablar y llantos sentidos ha habido muchos pero rabietas…pocas pocas. Hasta que llegó su hermana. Con la llegada de su hermana las rabietas pasaron de no existir a ser el pan de cada día y estar más presentes que los anuncios de la tele. Eh, y yo seguía entendiendo muchas de esas rabietas (ya se sabe, la pobre con dos años pasó de ser la que recibía la atención de todos todo el dia, a ser desplazada…y ella quería a su mamá con ella. tooooodo el dia) Pero, lo confieso, la paciencia con el cansancio se agota y en la época de quitar el pañal ella y yo nos las tuvimos varias veces. Pero lo superamos y nos hicimos amigas de nuevo. Hemos pasado otras etapas durillas, pero hemos sabido manejarlas mucho mejor, y el hecho que de personalidad nos parezcamos un poco-mucho ha ayudado (sí, esto de verse reflejado en el espejo del tiempo es duro a veces) Ahora, con cuatro años ya sabe expresar su enfado y nombrar lo que siente en la mayoría de los casos.
Y entonces…la pequeña llegó a su fase de rabietas. Eo, y para esto si que nos estábamos preparados. Poco habladora, con un carácter de armas tomar, un muestrario de expresiones faciales que no se le acaba nunca y unas lágrimas de pena que duelen en el alma…ahí llegó ella, con toda su energía directa a las rabietas. Y ella es capaz de expresarse con rabietas por todo. Peeeeeroooo….ella es la que me ha enseñado y ayudado a comprender de verdad lo que siento es una rabieta para un niño.
Porque ella me lo ha puesto difícil, cuando mi paciencia ya no se acuerda de cuando sobraba, porque si puede me la lía en público para que además me sienta observada. Porque cuando se frustra, además pega! Pero no recuerdo cuando, me paré a observar todo el proceso. Su lenguaje es aun incomprensible en gran parte, es impaciente y se pone nerviosa al querer hacerse entender, y ¿qué hace? se frustra. Se frusta y llora, patalea y lo que se le ocurre porque no entendemos lo que quiere. Y si no la dejas hacer algo y no entiende por qué, te lo explica como puede y si no lo entiendes, patalea, llora y te pega. ¿Pero qué hace unos minutos después? Busca a la misma fuente de su enfado (o normalmente a mi) y viene buscando consuelo! y el llanto ya no es una pataleta, es pena. E intenta explicar lo que quiere.
Así que con ella he aprendido (y eso me ha llevado a entender mucho mejor a su hermana también) a ponerme de verdad en su lugar. No solo ha ser comprensiva e intentar entender qué quieren o necesitan, no solo a criar de manera respetuosa. Sino a ponerme en su lugar. A pensar como un niño, que no comprende ni sabe la mitad de la mitad de la mitad que sabemos los adultos. Que siente más que piensa a esa corta edad. Y que no sabe expresarse mejor.
Después de esto me es mucho más fácil manejar las rabietas, y me he vuelto mucho más creativa en explicarle el porqué no puede hacer algo, o simplemente en desviar su atención. Si es que…siempre deberíamos llevar a nuestro yo-niño bien despierto y atento por la vida 🙂
“Quiéreme cuando menos me lo merezca porque será cuando más lo necesite” (esta frase, si mi memoria no me falla, es de Rosa Jové)
(la imagen de portada es de Edukame)
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Es increíble como proyectamos en nuestros hijos lo que somos y no aceptamos, así mismo como son un espejo que nos invita a pensar sobre nosotros y el ejemplo que les damos. Mantener la calma y ser empatico, sí que es difícil con un niño de 19 meses ( edad de mi hijo) al cual muchas veces no logro comprender. Manejar mis emociones complicado cuando ellas muchas veces me manejan a mi, entonces cómo manejar sus rabietas si yo no puedo con las mías ??? Jajajajaj un trabajo de crecimiento interno y aprendizaje para mi mama primeriza e inexperta pero que lo hace de corazón, hermosas palabras las de Rosa Jove
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Gracias por tu comentario Liliana. Ser madre es un camino de aprendizaje para nosotras, un crecimiento. Totalmente de acuerdo 😉
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Qué bonito. Me ha encantado ese trabajo de observación con tu hija pequeña. Parece sencillo ponerse en su lugar pero qué difícil es. Me pasa con mi hijo, que no habla, y intenta decirme algo y no le entiendo. Me desespero y me enfado porque no sé por qué se niega a comer y quiere bajarse de la trona y al final descubro que se va a su habitación a buscar su biberón porque quiere agua. Pobrecito, es muy frustrante la mala comunicación.
Todavía no hemos llegado a la etapa de rabietas pero creo que se aproximan… ¡Qué bueno el post!
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Muchas gracias! Me alegro que te haya gustado! Siii…con la segunda una vez estoy aplicando mas observacion…la primera pobre ha aprendido 🙂 pero si…cuando hablan tarde es mas dificil…mi hija mayor hablo muy pronto y casi ni paso por las rabietas…la peque aun no habla bien y yo creo que las pataletas es eso…dificultad para comunicarse! Paciencia…al final.pasan! Gracias por la visita!
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¡Muy buena entrada, cielo! Por aquí, la nena está empezando a «sacar la mano» de vez en cuando… y todavía ni siquiera sé si es por frustración, con intención de pegar, o es que está jugando, así que… ¡todavía me queda muuuuuuuuucho para adquirir esa sabiduría que reflejas!
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Sabiduria? En serio? Yo que me siento la mas principiante de todas…sera que estoy aprendiendo por fin jeje! 😉 me alegro que te gustara…vete preparando porque cada niño sale con algo distinto!
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Interesante… la verdad es que muchas veces somos de lo más injustos con los peques. Genial tu blog. Me quedo a trastear por aquí!
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Gracias…yo es que pienso que a veces simplemente olvidamos que son eso…niños. Me encanta que te quedes a trastear por aquí, bienvenida!
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Preciosa entrada! Cuando escribes sobre tus hijas transmites un conocimiento muy profundo sobre su ser que me fascina. Un beso guapa!
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Gracias Paula! Me encanta que te transmita esa sensacion la entrada!!!! Yo ni me doy cuenta de si es asi cuando lo escribo! Un beso!
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