Este post va dedicado a una amiga, que me ha hecho recordar esa época:

Durante mi primer embarazo yo leía cosas sobre embarazo y bebés, pero cosas más informativas (como es el bebe en la semana tanto, signos de alarma, y cosas así) En el post parto…en el post parto no tenia tiempo para nada. Una novata, un bebe (que acababan de conocerse) un viaje en un mes y medio y una boda en tres meses a medio organizar. No tenia tiempo. Ni de blogs, ni de revistas, ni de google…ni ninguna amiga en whatsap con post parto reciente (no tenia ni whatsap!) Así que intenté como mejor pude encontrar el punto de equilibrio entre lo que aprendí creciendo, lo que me decían los allegados y pediatras, y lo que dentro de mi sonaba como más correcto. E hice…lo que pude lo mejor que supe.

En mi segundo embarazo pienso que eso que «hacía ruido» dentro de mi despertó y me saco el gusanillo: empecé a interesarme por webs, páginas y libros de crianza natural, aquella que aunque solo fuera por el nombre me parecía más cercana a lo que yo sentía, a lo que a mi me parecía que debía ser. Tuve mucha suerte de «encontrarme» con estas lecturas, de tener el tiempo de leerlas (hubiera molado encontrar los blogs que sigo ahora…pero no tuve esa suerte!)

Todo y que si lo pienso, esas lecturas aumentaron la autoincrementada culpabilidad de madre, por no haberlo leído antes y no haberlo hecho bien bien desde el principio y con la primera. Pero bueno, independientemente de cuando las leí o de si hasta ahora he podido seguir todos esos «consejos» que tanto me gustaron, sí aprendí dos cosas:

– una. La más importante. Que yo sabia lo que era lo mejor para mi bebe. El instinto maternal existe por una razón, y a las madres no se nos puede olvidar tan fácilmente. Como dicen: «escucha tu corazón»

– y dos. que una crianza natural es posible en este mundo de locos. Que es cuestión de preferencias, decisiones, prioridades, de muchas cosas, pero que se puede, si uno quiere y en la medida que uno puede, se puede.

Ahora que van casi dos años de esa época, puedo decir también que he aprendido una tercera cosa: que esta crianza se siente diferente, aunque no lo hagas todo, aunque hagas lo que puedas, te llena de otra manera, hace los sentimientos más intensos.

Eso si (y esto va por mi amiga que sino aun la engañaré) Una casa con dos niños pequeños no es fácil: falta sueño, falta tiempo, faltan fuerzas (o energía más bien) y por muy natural que queramos, a criar niños se aprende con la experiencia, y a veces nos equivocamos, y a veces el cansancio nos supera, y nos enfadamos y se nos olvida lo naturales que íbamos a ser…y tus hijos te ponen a prueba siempre que pueden (porque eso tienen que hacer, porque también están aprendiendo), y se te hace difícil. Pero en una casa con dos niños faltarán cosas, pero amor y ganas, hay el doble!!

Es difícil tener tiempo para estar con un pequeño de dos años cuando tienes un bebé que toma teta continuamente…pero puedes hacer lactancia a demanda (si quieres) y puedes encontrar tu espacio para compartir con tu otro hijo (que te pondrá cara de enfado las 20 veces que querrá estar contigo, pero para él serán sagrados los momentos que paséis solos)

Es difícil aguantar una rabieta cuando haces dormidas de dos horas, pero puedes mirarte al espejo, reírte de ti misma por la pinta que llevas, y ahí volver con la rabieta, calmarla como mejor puedas. Distracciones, abrazos, palabras, como sea, como puedas…y después volver con el bebé y mirarlo como duerme plácidamente, o darle el pecho (si es que eran dos rabietas a la vez) y mirar como te mira…y el cansancio encima..desaparece.

Son difíciles estas y muchas otras cosas. Pero paso a paso, pasito a pasito, se van encontrando soluciones.

Y eso me recuerda que también he aprendido una cuarta cosa: que uno tiene que encontrar lo que a uno le funciona: a los pequeños, a los padres, a la familia, a la familia de uno. Eso es lo más importante. Más que seguir a rajatabla los tipos de crianza con nombre, más que los consejos, más que las estadísticas, los libros…o incluso las opiniones de familiares y amigas 😉 Nada es blanco o negro. Estará bien como lo hagas; si tú sientes que está bien, estará bien.