Un día estás recibiendo a tu bebe, aprendiendo a cambiar pañales, a dar el pecho, y en un abrir y cerrar de ojos…empieza el colegio!

Tu, preocupada porque no lo pase mal, porque no le dé vergüenza o se sienta intimidada (los padres de niños tímidos o introvertidos saben de que hablo) y le empiezas a hablar del colegio, a contar las cosas buenas que tiene, en la guardería le hablan del tema, nos ponemos a preparar materiales….y llega el día!

Reconozco que el primer día no me sentía muy preocupada ni nerviosa, solo esperaba que no fuera muy abrumador para ella. Pasar de una guardería con 60 niños a un preescolar de unos 200…tiene que acojonar un poquito no?. La entrada  llena de niños, fotógrafo para inmortalizar el momento, profes nuevas, clase nueva, compañeros nuevos.

y entonces entramos en clase, la recorremos, se sienta a pintar con unas niñas, y me dice «mami, ese niño que llora está triste porque no quiere que se vaya su mama. Yo sí quiero que te vayas tu con el papi, porque en el colé los niños se quedan a jugar solo niños»

¿Sabes ese momento en que tus hijos te demuestran que no son bebes ya? ¿ese momento que no sabes si abrazarla de emoción, de alegría, o dejar caer una lagrimilla?

Ahi estaba ella, valiente, tímida como lo es, en un entorno nada familiar donde normalmente «se encogería», pero plenamente consciente de lo que iba a pasar y contenta con empezar esta etapa.

Salió contenta, diciendo que solo se sabia el nombre de su profesora pero que ya se aprendería el de los niños.

El segundo dia pensé que sería peor, porque ya sabia a lo que iba. Llegó algo más compungida, pero salió más contenta que el primer día! ya había aprendido cosas nuevas y se sabia el nombre de dos amigos. y cada día va más contenta y vuelve más emocionada..

mi bebé ha crecido mucho!!! 🙂